Imagen tomada de http://www.colciencias.gov.co
Aprovechando el articulo del
profesor Moisés Wasserman sobre el Fondo de Ciencia Tecnología e Innovación
(CT+i) en el Sistema General de Regalías (SGR) en la columna de El Tiempo el domingo 1 de Sept; es importante aportar elementos al debate, no solamente reafirmando
los puntos que menciona el profesor, sino también con algunos aspectos
positivos y otros negativos adicionales del sistema, dado que aún falta por
asignar más del 70% de las vigencias por regalías (años 2015 a 2020, con más de
5 billones COP en recursos). Para ello, daré mi visión personal sobre el papel que
los actores involucrados están desempeñando en el Sistema y cómo están funcionado las interacciones entre ellos en la práctica:
El sistema diseñado, dejó en
cabeza del Departamento Nacional de Planeación (DNP) los recursos para Ciencia
y Tecnología de las Regalías y mientras esta entidad tuvo un director sensible
al tema de innovación, la reglamentación fluyó en tiempos aceptables. Pero con
los cambios en la dirección general, la reglamentación para el fondo de CT+i ha
perdido prioridad. Dejar en cabeza del DNP y no de Colciencias el fondo de CT+i
puede ser la explicación para que a la fecha ningún proyecto del Fondo de
Ciencia y Tecnología haya iniciado ejecución. (Llama la atención esta decisión
de dejar como Rector el DNP, si la ley 1286 de 2009 establece que Colciencias
es el Organismo principal de la administración pública, rector del sector y del
Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación).
Otro resultado de dejar en cabeza
del DNP el Fondo de Ciencia y Tecnología, es que los proyectos deben ser presentados
bajo la Metodología General Ajustada (MGA), que se utiliza para proyectos de
infraestructura, pero cuya lógica y presentación, dificultan la formulación y
entendimiento de proyectos de Ciencia y Tecnología. Esta situación se ha venido
superando mediante el anexo de documentos de proyecto para explicar lo
formulado en la MGA, pero significa doble trabajo para los investigadores
y formuladores.
El papel de Colciencias por su
parte, quedó relegado a la secretaría Técnica del Órgano Colegiado de Administración
y Decisión (OCAD), pero en la práctica es un filtro previo, puesto que por
medio de los paneles evaluadores de especialistas sectoriales (en su mayoría
académicos), se realiza la evaluación y
clasificación de los proyectos que son llevados al OCAD. Estos paneles
disminuyen el riesgo de uso inadecuado de los recursos exigiendo mínimos de
calidad de los proyectos.
Pasando al plano de
administración departamental y teniendo en cuenta que los recursos del Sistema
General de Regalías son de los departamentos, quienes en cabeza de los gobernadores, recibieron el reto de asignar estos cuantiosos recursos, con
requisitos exigentes para su aprobación y sin el equipo e institucionalidad
adecuada para hacerlo, a excepción de la Gobernación de Cundinamarca, que creó
una Secretaría de Ciencia y Tecnología, y en Medellín donde el proceso de
priorización de proyectos es realizado por Ruta N. Lo positivo de esta
regionalización de los recursos, es que en muchos departamentos donde era
desconocido el tema de Ciencia y Tecnología, se han hecho visibles oportunidades
para solucionar problemas de territorio con el uso del conocimiento. Para las
próximas elecciones a gobernaciones, los aspirantes deberán hacer propuestas en
temas de Ciencia y Tecnología, que además deberían estar alineados con
políticas nacionales y con los planes de competitividad y de Ciencia y
Tecnología, reconociendo y enfocándose en problemáticas regionales, que
demanden investigación y procesos rigurosos para la generación de conocimiento
y por tanto sostenibilidad en el mediano y largo plazo. Estos planes vendrán
acompañados de institucionalidad especializada en CT+i, como pasó con las
secretarías de TIC a partir de las oportunidades de financiación de proyectos
por parte del MinTIC. En este sentido, queda el reto de establecer la
vinculación y el papel de las Universidades para la formulación de estas
propuestas de política regional.
Otra particularidad del fondo de
CT+i del SGR y el papel de las gobernaciones, es que las secretarias de planeación
son quienes dan el aval para enviar los proyectos a Colciencias como secretaría técnica del OCAD, y en la práctica, es la dependencia que está definiendo los
proyectos priorizados por el departamento. Queda la pregunta sobre el rol que deben
cumplir en la definición de estos proyectos las secretarías de desarrollo económico y competitividad.
Las Universidades, como el
principal actor histórico en el desarrollo de la Ciencia y la Tecnología en el
país, han sido quienes han propuesto buena parte de los proyectos a las
gobernaciones y serán también quienes ejecuten la mayoría de los proyectos
aprobados a la fecha.
Un aspecto positivo es que las grandes
universidades, ubicadas en las ciudades principales han tenido el incentivo de
fortalecer su presencia en las regiones, con el ánimo de reconocer las
problemáticas locales, fortalecer actores aliados de la región y acceder a
recursos para investigación. Un aspecto negativo que se han encontrado las
Universidades, es una barrera invisible para la financiación de proyectos de ciencia
básica, puesto que el sistema incentiva inversiones en tiempos de gobierno
departamental (máximo cuatro años) y no inversiones de largo plazo que van en
contravía con intereses y dinámicas de tipo político.
El papel del sector empresarial
ha sido mínimo, puesto que los tiempos del sistema no corresponden con los
tiempos del mercado. Un claro ejemplo de ello es que los proyectos aprobados
del 20 de diciembre de 2012, iniciaron su proceso de discusión en octubre de 2011,
es decir, casi un año y medio para su aprobación. Estos tiempos han venido
mejorando, durante el 2013, pero aun es difícil persuadir a las empresas a que
se interesen en el sistema y que realmente se hable de procesos
Universidad-Empresa-Estado.
Mirando el conjunto de actores y
las dinámicas que se han dado en la práctica, tal vez el mayor valor que ha
generado el sistema es la articulación de actores Universidad, Estado, CDTs y
entidades de apoyo al desarrollo regional y empresarial. La reactivación de los
Comités Departamentales de Ciencia, Tecnología e Innovación (CODECTI) en
algunos departamentos ha fomentado la exposición y defensa de los proyectos
propuestos, que han generado externalidades positivas como la unión de
proyectos afines, las alianzas entre actores y una mayor discusión sobre las
prioridades del Departamento. Así mismo, estos CODECTI de cierta manera,
sustituyen las debilidades de falta de institucionalidad y talento humano
capacitado en CT+i para la priorización de proyectos en las gobernaciones,
además de darle legitimidad al proceso. En el caso de Bogotá y Cundinamarca, el
avance en articulación que se generó a partir del proceso de priorización de
proyectos de Regalías ha sido evidente.
Con respecto al posicionamiento o
priorización de los proyectos por parte de los investigadores en las
gobernaciones, es cierto que hay que dar una discusión entre los actores
Universidad-Gobernación, que debe ser técnica-política y donde se realice la
identificación de problemas en los Planes de Desarrollo (PDD), de
competitividad, y de ciencia y Tecnología; cuya solución se lleve a cabo por
medio de proyectos de CT+i que ayuden a cumplir las
metas de estos planes. En la práctica, tiene las dificultades que el poder de
decisión sobre qué proyectos pasar a Colciencias es mayor por parte de la
gobernación que de la universidad, así mismo, los planes de competitividad y de
CT+i Departamentales, que tienen una mirada de más largo plazo, son tenidos en
cuenta en menor proporción en comparación con el Plan de Desarrollo
Departamental, y al concentrarse el proceso en el desarrollo endógeno
departamental y dadas las diferencias ideológicas y políticas entre los
gobernadores, son excepciones las conexiones interdepartamentales y miradas
nacionales.
Por otro lado, el sistema ha
incentivado la aparición de gestores de innovación o como los llama el profesor
Wasserman: Lobbistas. Estos actores aparecen porque que los lenguajes utilizados
por los investigadores, las gobernaciones y las empresas son distintos, dado
que los intereses también lo son. Estos gestores se ponen en medio de los tres
actores Universidad-Empresa-Estado, para intentar satisfacer las necesidades e
intereses de cada uno y que se vean reflejados en el proyecto. Esta función de articulación
es compleja y valiosa, puesto que se necesita tener experiencia de trabajo y
sensibilidad con los tres actores para su entendimiento individual y posterior
articulación. Adicionalmente, el reto no sólo consiste en formular proyectos,
sino que los actores ejecutores se sientan apropiados e identificados para el
correcto desarrollo del mismo.
En conclusión, hay temas de fondo
del sistema que deben ser susceptibles de debate, revisión y mejora, tales como
el papel de Colciencias en el sistema como ente Rector, la creación de institucionalidad regional en las
gobernaciones para que éstos procesos sean de mediano y largo plazo, el
fortalecimiento del poder de decisión de las universidades para la priorización
de proyectos en las gobernaciones, la integración de los aportes del sector
privado (que debe ser la evolución del sistema) y la apropiación de manera
decidida por el fortalecimiento de la cultura de innovación para un mejor
dialogo entre los actores, que se vea reflejado cada vez en mejores proyectos.
También es importante rescatar y visibilizar las dinámicas positivas generadas en
las regiones para potenciarlas y replicarlas donde aún no se dan. La
oportunidad que tiene Colombia con estos recursos no puede ser desaprovechada, y
eso es responsabilidad de todas y todos.
Mauricio Tovar Gutiérrez
@maurotov
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